viernes, 28 de febrero de 2014

EL PINO

''Tiempo de naranjas'' Foto: Setefilla

Estaba la mañana descendiendo al rellano del mediodía, en la serena bajada, cada pisada de la bota en oro y cristal hacía explotar la luz disparándola en todas direcciones, a lo que se viera, por chico o grande, se le había prendido un claro delantal de transparencias. Habiendo declamado el reloj de la torre los doce versos al aire hacía ya largo rato yo ya no te esperaba y, rodeando el pueblo loma abajo, a lo largo del arroyito luego, volvía, tarareando una canción, camino a casa.

…tú me haces sentiiiir
deseos de viviiiir
junto a ti por siempreee
tu amor es mi suerteeee…

Un pino, en la explanada de jaramagos blandos embebidos de las últimas aguas,  antes de la dehesa en que se tiende el pueblo, cual una banderita blanca de rendición, aparece solo, primero lejos y luego muy cerca. Al tenerlo delante  le hago un aspaviento inverosímil, alzando los brazos como dos columnas finas.  ''¡Hala, con los otros pinos…!  Chiquillo, ¿no ves que aquí estás solo?'', como si yo fuera la torre alta del pueblo y él fuera yo misma un rato antes,  allí quieta esperándote, con todo el cariño queriéndoseme escapar o por los ojos o por la garganta, a veces despacioso, a veces sin gobierno, reinventándote a cada instante saliendo de la esquina de la floristería, o de correos,  con no sé qué natural aire de plenitud, y no sé cuántos tomatitos cherry ofreciéndose en tu boca.  Y el pino, nada, no se movía.  Me hizo pensar, la entereza del solitario, que a lo mejor yo tenía que haberme quedado allí, ahora más alta, recién tocada con una mitra de oscuras esmeraldas, como si fuera un pino, esperándote.©



Setefilla Almenara J.
 ''Tiempo de naranjas''
Bubok Publishing


Mejor con tu opinión, gracias.

17 comentarios:

  1. Queridos amigos, esta es una de las prosas que recojo en mi libro 'Tiempo de naranjas'. Deseo que también os guste a los que no habéis leído el poemario.
    Os espero.

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  2. Es muy bello Setefilla, con tu permiso me lo llevo a Paracuentos. Gracias, un abrazo

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    1. Gracias a ti, Osvaldo. A ver si les gusta a los participantes.
      Un abrazo.
      Sete

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  3. Ay Sete, cuánto hacía que no disfrutaba de tus versos. Que aunque esto sea prosa, desborda la poesía en cada una de las líneas que dedicas a ese pino solitario.
    Soy Alpana (lo mismo ya casi ni te acuerdas de mí), que seguro que te estabas preguntando quién era este loco que te trata con tanta familiaridad.
    Procuraré volver a seguirte con asiduidad, como mereces.
    Un abrazo.

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  4. Ay Sete, cuánto hacía que no disfrutaba con tus versos. Que aunque esto sea prosa, desborda poesía por cada línea dedicada a ese solitario pino, que seguro nunca pensó poder inspirar un texto tan bello.
    Soy Alpana (lo mismo ya casi ni te acuerdas de mí), que seguro que a estas alturas ya te estabas preguntando quién es este loco que te trata con tanta familiaridad. A partir de ahora procuraré seguirte con la asiduidad que mereces.
    Un abrazo.

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    1. ¡Albertoooo! pero qué alegrón saludarte, jeje. Amigo, no te había reconocido porque no sabía tu nombre completo ni había visto una foto tuya. Hombre, pues es un placer conocerte un poco más. Ahora mismo paso por tu casa. Ni que decir que eres muy bienvenido a esta, te espero.
      Un abrazo fuerte.
      Sete.

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    2. Muchas gracias, Sete guapa, nos seguiremos leyendo.
      Y perdón, que ya he visto que mi comentario ha aparecido dos veces. Ay, Señor, la informática y yo, yo y la informática...

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  5. Encantada me dejas con tu visita, José Luis.
    Gracias y besos.

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  6. UNA GESTA DE IMÁGENES MUY BOHEMIAS.
    UN ABRAZO

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  7. Pero que bonito! :)
    me encantó! saludos!

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  8. Belmont, muchas gracias por tu expresivo comentario.
    Un saludo.
    Setefilla.

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  9. Una inspirada analogía entre ese pino tan alejado de los demás y quien aguarda con la entereza del solitario. En ocasiones, quien espera desespera y prefiere regresar al punto de partida, afortunadamente en este caso lo hace cantando y llena de alegría por esos bucólicos parajes en los que he podido adivinar, a lo lejos, entre pinos y jaramagos blandos, Montemayor y Moguer...
    Bella prosa, poeta, que engalana con ternura y elegancia Tiempo de naranjas.
    Besos costumbristas.
    Esteban.

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    1. Esteban, sucede que hay hombres que merecen ser esperados una eternidad. Parece que nuestra protagonista se advirtió de ello algo tarde. Espero que supiera resarcirlo. Ah, por cierto, la estrofa que canta ella es de un tema de Michael Jackson, cómo no. Tus comentarios son para enmarcar, eres un lujo de lector, amigo mío.
      Qué tengas un precioso día.
      Sete.

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  10. Siempre que te leo me invade una plácida calma. Tu poética, tu escritura es un remanso de calma y belleza. Por eso siempre vuelvo. Aquí, en este espacio, es como adentrarse en otro tiempo, es ese tiempo que a mí tanto me gusta. De niño (me crié en el campo) solía buscar la sombra (y los piñones) de los pinos, incluso tenía un columpio de cuerda. Ah, ese olor tan peculiar. ¿Por qué será que cuando alzamos la cabeza bajo un pino siempre intuimos que el cielo es azul? Nunca está nublado, nunca hay oscuras nubes.

    Besos emocionados.

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  11. Francisco, bajo la copa de un pino, de un árbol, el cielo siempre es azul... Las palabras que me dedicas son muy emocionantes, te lo agradezco mucho.
    Un abrazo, escritor.
    Sete.

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